16.7.06

El concierto ha fracasado


Compañeros de los malos días
Les deseo buenas noches
Y me marcho.
La recaudación ha sido mala
La culpa es mía
Asumo todos los errores
Debí haberlos escuchado
Hubiera tenido que tocar música de cocker
Es una música que gusta
Pero hice lo que quise
Y después me puse nervioso.
Cuando se toca música de fox-terrier
Hay que afinar el arco
La gente no va al concierto
Para oír ladrar a la muerte
Y justamente la canción de la Perrera
Fue la que más nos perjudicó.
Compañeros de los malos días
Les deseo buenas noches
Duerman
Sueñen
Por mi parte cojo mi gorra
Y dos o tres cigarrillos del paquete
Y me marcho...
Compañeros de los malos días
De vez en cuando piensan en mí
Más tarde...
Cuando despierten
Piensan en el que toca música de foca y de salmón ahumado
En alguna parte...
De noche
A la orilla del mar
Y que después pasa el platillo
Para comprar algo de comer
Y de beber...
Duerman
Sueñen
Yo me voy.


Autor: Jacques Prevert

3 Comentarios:

Blogger La cera en flor said...

Todo ocurría sin novedad hasta que llegué a una "Cajita de Música". Yo había corrido la silla un poco hacia los agudos para estar más cómodo; y las primeras notas empezaron a caer como gotas al principio de una lluvia. Estaba seguro que aquella pieza no iba más mal que las anteriores. Pero de pronto sentí en la sala murmullos y hasta creí haber oído risas. Empecé a contraerme como un gusano, a desconfiar de mis medios y a entorpecerlos. También creí haber visto moverse una sombra alargada sobre el piso del escenario. Cuando pude echar una mirada fugaz me encontré con que realmente había una sombra; pero estaba quieta. Seguí tocando y seguían en la sala los murmullos. Aunque no miraba, ahora veía que la sombra hacía movimientos. No iba a pensar en nada monstruoso; ni siquiera en que alguien quisiera hacerme una broma. En un pasaje relativamente fácil vi que la sombra movía un largo brazo. Entonces miré y ya no estaba más. Volví a mirar en seguida y vi un gato negro. Yo estaba por terminar la pieza y la gente aumentó el murmullo y las risas. Me di cuenta que el gato se estaba lavando la cara. ¿Qué haríá con él? ¿Lo llevaría para adentro? Me pareció ridículo. Termine, aplaudieron y al pararme a saludar sentí que el gato me rozaba los pantalones. Yo me inclinaba y sonreía. Me senté y se me ocurrió acariciarlo.

Felisberto Hernández


qué grata sorpresa tenerlo de vuelta

17/7/06 11:25 a. m.  
Blogger Mara Pastor said...

noc noc noc.
se terminó la hora de recreo de los blogueros.
a postear!

2/10/06 4:53 p. m.  
Blogger deus?Juglando said...

Un Saludo Y Una Invitación.

Pasa Por Mi Blog Para Más Detalles.

20/10/06 7:17 p. m.  

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