Sabe bueno

Con nostalgia maliciosa escucho a Míster Jonson y Las Chicharras. Este grupo -de Mayagüez- revitaliza con estridencia y desparpajo lúdico algunas de las mejores instancias que caracterizaron al boom del rock en español de mediados de los 90 en la isla. Lejos de la intragable fresonería emo, del trasnochadísimo gesto punky de algunos dinosaurios que se resisten en vano a la desaparición; y de la gravedad de la pose indie que han asumido a ciegas algunas bandas del patio en el bodrio de hoy, Las Chicharras desatan con soltura un sonido fresco, insolente y contagioso. La ironía, el sarcasmo y la parodia con que suelen abordar los ya frecuentes temas del absurdo y la cuestión sexual evitan certeramente el empalago. Pompean.

Es notable en ellos la influencia sonora de Café Tacuba, de los Enanitos (en sus mejores tiempos) y algo de los Girasoules. Es notable también en ellos la cercanía gestual y letrística con los Rabanes, El Cuarteto de Nos, Los Caballeros de la Quema, Aterciopelados (cuando eran realmente Aterciopelados) y algo de Molotov. Sabe bueno se titula el primer disco y se consigue gratuitamente (completo) en su página oficial (http:www.myspace.com/laschicharras). No dejen de escuchar las últimas dos canciones: un pegote burlón del género reguetonero (y todos sus clichés y miserias); y una carnavalización ácida del reggae rústico y politiconizado de Cultura Profética, respectivamente. Vale la pena. Y sabe bueno.

Dejo acá una de sus canciones: En blanco. Pura joda.